Hay un “problema” en la orientación: la falta de juego limpio. Ya sea en las grandes competiciones oficiales o en las carreras locales, entre los orientadores de elite o entre los principiantes, en todos los mapas es fácil observar trabajo cooperativo entre dos o más orientadores, “autobuses” con, y hasta, sin conductor, o corredores cuya técnica más desarrollada es preguntar. En la búsqueda de la solución llegamos al nudo gordiano: la hipocresía, la falta de ética de los participantes, el exceso de presión competitiva amparado todo ello en un reglamento que no puede llegar a todo dada la naturaleza de nuestra actividad. Desde mi punto de vista no hay peor competición que aquella que carece de estricta reglamentación. Las normas, aunque constriñen, permiten el mínimo de objetividad para que la competición sea real.
Ejemplos malos y buenos:
La búsqueda del grado en escalada en roca está llena de dobles interpretaciones (para mi aquí hay competición).
El baloncesto, con un férreo reglamento y un brazo ejecutor a pie de campo es mas sincero.
¿Qué pasa en la orientación?
Los corredores evaluamos nuestro rendimiento en función del análisis de nuestros tiempos con respecto a los del resto de orientadores. Corremos un tupido velo sobre lo que pasa en el monte y lo único que nos importa son los minutos que nos han o hemos “metido” a aquellos orientadores con los que elegimos compararnos.
Acabada la carrera, con nuestros tiempos en la mano a buen recaudo de curiosos, acudimos a ver el resto de resultados, el nuestro será bueno o malo en función de que se sitúe por encima o por debajo de los de aquellos corredores que consideramos nuestra vara de medir. Si alguno de ellos no figura…. Puede que ya haya acabado, si es así le preguntamos, pero que hable el primero. Si no ha acabado buscamos su hora de salida y miramos el reloj, calculamos cuando ha de arribar a la meta para ganarnos, momento a partir del cual, si nuestro rival no ha aparecido, respiramos aliviados. Posteriormente en la calma del refrigerio con agradable ropa limpia y seca, sacamos nuestros tiempos y el mapa. Todos comentamos las elecciones de ruta, mejores o peores y sus consecuencias cronológicas. Sin embrago, hay circunstancias positivas: ver a un corredor picar, encontrarse de repente el control, juntarse para hablar, pasársela y que te avisen, seguir etc etc etc…
Pero el orientador solo conoce la sustracción: establece su tiempo moral restando al tiempo real el que ha acumulado por errores técnico-tácticos. Y de las ventajas, si te he visto no me acuerdo.
¿Qué podemos hacer?
Tirar de reglamento no es posible: la complejidad que tendría si tratáramos de reglamentar descalificaciones en este sentido sería mayúscula. Además, dada la naturaleza del problema seguro que en muchos casos también se llevaría por delante a corredores inocentes. Esto no es baloncesto.
Desde mi punto de vista, son necesarias:
1- Innovación (tecnología y mimo al trazado de recorridos). Apoyemos los cambios pero tengamos en cuenta primero, que no hay solución perfecta, y segundo, que el organizador puede estar limitado, por su falta de experiencia o por la naturaleza del terreno donde se organiza la carrera.
2- Formación y transmisión de valores deportivos a los orientadores. Que fáciles de decir y que difíciles de inculcar son estas palabras.
Si el camino se hace al andar, demos un primer paso:
Abramos las ventanas y que entre la luz: Winsplits y Routegadget, las máquinas de la verdad. Los organizadores han de hacer públicos los análisis de tiempos a través de Winsplits donde la detección de autobuses, “seguimientos” y cooperaciones está a golpe clic. Igualmente han de colgar sus mapas en plataformas donde se puedan volcar los “trakings” de Gps.
No se podrá descalificar en función de lo que aporten pero sabiendo que a posteriori se va a saber la falta de fairplay, mas de uno se lo pensará dos veces. O no, que de todo ello hay en la viña del Señor.
En cuanto a trazados: lee el siguiente artículo, está en ingles, pero es muy, muy interesante.
http://news.worldofo.com/2009/12/21/extensive-report-separating-runners-in-orienteering/
A cerca de este artículo hablaremos extensamente mas adelante.
Y por último en lo que se refiere a formación: no hables en el monte y si te preguntan, no contestes.
Este es solo una primera aproximación a estos temas. Según avance la temporada seguiremos analizando con experiencias reales y análisis teóricos la ética y la búsqueda de juego limpio en la orientación.